1. Sacred music, in those aspects which concern the liturgical renewal, was carefully considered by the Second Vatican Ecumenical Council. It explained its role in divine services, issued a number of principles and laws on this subject in the Constitution on the Liturgy, and devoted to it an entire chapter of the same Constitution.

2. The decisions of the Council have already begun to be put into effect in the recently undertaken liturgical renewal. But the new norms concerning the arrangement of the sacred rites and the active participation of the faithful have given rise to several problems regarding sacred music and its ministerial role. These problems appear to be able to be solved by expounding more fully certain relevant principles of the Constitution on the Liturgy.

3. Therefore the Consilium set up to implement the Constitution on the Liturgy, on the instructions of the Holy Father, has carefully considered these questions and prepared the present Instruction. This does not, however, gather together all the legislation on sacred music; it only establishes the principal norms which seem to be more necessary for our own day. It is, as it were, a continuation and complement of the preceding Instruction of this Sacred Congregation, prepared by this same Consilium on 26 September 1964, for the correct implementation of the Liturgy Constitution.

4. It is to be hoped that pastors of souls, musicians and the faithful will gladly accept these norms and put them into practice, uniting their efforts to attain the true purpose of sacred music, "which is the glory of God and the sanctification of the faithful."[1]

(a) By sacred music is understood that which, being created for the celebration of divine worship, is endowed with a certain holy sincerity of form.[2]

(b) The following come under the title of sacred music here: Gregorian chant, sacred polyphony in its various forms both ancient and modern, sacred music for the organ and other approved instruments, and sacred popular music, be it liturgical or simply religious.[3]

1. La música sacra, en aquellos aspectos relacionados con la renovación litúrgica, fue cuidadosamente considerada por el Concilio Ecuménico Vaticano II. Explicó su papel en los servicios divinos, emitió una serie de principios y leyes sobre este tema en la Constitución sobre la Liturgia y le dedicó un capítulo completo de la misma Constitución.

2. Las decisiones del Consejo ya comenzaron a aplicarse en la renovación litúrgica recientemente emprendida. Pero las nuevas normas relativas a la disposición de los ritos sagrados y la participación activa de los fieles han dado lugar a varios problemas relacionados con la música sacra y su papel ministerial. Estos problemas parecen poder resolverse exponiendo más completamente ciertos principios relevantes de la Constitución sobre la Liturgia.

3. Por lo tanto, el Consilium establecido para implementar la Constitución sobre la Liturgia, siguiendo las instrucciones del Santo Padre, ha considerado cuidadosamente estas preguntas y ha preparado la presente Instrucción. Sin embargo, esto no reúne toda la legislación sobre música sacra; sólo establece las normas principales que parecen ser más necesarias para nuestro día. Es, por así decirlo, una continuación y complemento de la Instrucción precedente de esta Sagrada Congregación, preparada por este mismo Consilium el 26 de septiembre de 1964, para la correcta implementación de la Constitución de la Liturgia.

4. Es de esperar que los pastores de las almas, músicos y fieles acepten gustosamente estas normas y las pongan en práctica, uniendo sus esfuerzos para alcanzar el verdadero propósito de la música sacra ", que es la gloria de Dios y la santificación de Dios. los fieles ". [1]

(a) Por música sacra se entiende lo que, al ser creado para la celebración de la adoración divina, está dotado de una cierta sinceridad de forma. [2]

(b) Lo siguiente está bajo el título de música sacra: canto gregoriano, polifonía sagrada en sus diversas formas, tanto antigua como moderna, música sagrada para el órgano y otros instrumentos aprobados, y música popular sagrada, ya sea litúrgica o simplemente religiosa. [3]